domingo, 23 de marzo de 2014

Nacimos de su lucha.

Pocas veces creo en las casualidades y hoy no es la excepción. Un nuevo 24 de marzo de avecina y millones de sentimientos afloran. Cierto dejo de tristeza y bronca, mezclado con un poco de esperanza y felicidad.
Como dije, poco creo en las casualidades y hoy vuelvo a confirmarlo. Hoy, el 23 de marzo de 2014 amaneció con un sol resplandeciente, una ironía si tenemos en cuenta el aniversario que recordaremos mañana 24, siendo otro año más que nos encuentra pidiendo lo que pedimos hace años, memoria, verdad y justicia.
Lo que para muchos es un feriado largo más, lo que para otros es una noche más de “joda”, para mí es un día y una noche de reflexión y mucha conciencia. En estos momentos, mientras todos piensan a qué boliche ir, hay muchos que estamos recordando que hace 38 años comenzaba la peor pesadilla en la vida de nuestro país y por eso mi bronca, por eso mi tristeza.
El sol brilló toda la tarde sobre la ciudad, pegó duro sobre las imágenes de los compañeros desaparecidos que colgaban del monumento, le dio un aspecto de “febrero” y de carnaval a este triste y gris marzo. El sonido de los bombos, el sol en lo alto, la gente juntándose en la plaza, recuperando un espacio una vez perdido me hizo pensar instantáneamente en que no nos vencieron, en que nos mataron pero aún seguimos con vida, en que ahora depende de nosotros, pensé en mi responsabilidad y en la de nuestra generación y volví a mi casa satisfecho de haber visto mayormente caras jóvenes, nenes muy pequeños que estuvieron ahí y de a poco se van formando, gente grande que sigue igual de comprometida y por supuesto, la murga, expresando la alegría de un pueblo golpeado, pero vivo y tal vez más vivo que nunca, porque la memoria vive y se propaga con alegría, con platos, parches y patadas al viento.
Porque nacimos de su lucha y porque viven en la nuestra, hoy más que nunca recuerdo a esos 30.000 detenidos desaparecidos, sin olvidarme de Julio López y Luciano Arruga, desaparecidos en Democracia.

Por tantos años de lucha, por las rondas en la plaza, por los palos recibidos, por sus valores, por su fortaleza, porque mantuvieron con vida la memoria, porque nos abrieron los ojos a muchos y por tantas cosas más, Madres de la plaza, tantas veces las mataron y ustedes ahí, resucitando, por eso madres, una vez más el pueblo las abraza.  

Federico Alcaráz