miércoles, 18 de febrero de 2015

18 F YO FUI

No hace falta ser un experto para saber que para que exista la oscuridad, es necesaria la luz. Para que exista el color blanco, debe existir el color negro. No hay Boca sin River, ni izquierda sin derecha. No existen héroes sin villanos. Abundan los ejemplos de opuestos y hoy parto de los opuestos para fijar mi posición.
Hoy es el tan esperado 18 F, algo muy similar al importado 11S de los Estados Unidos y su “ataque terrorista” sobre las torres gemelas. Hoy la plaza de mi ciudad se colmó de gente, en su mayoría de personas mayores, me atrevería a decir que en más de un 95 %, los concurrentes a la “marcha del silencio” eran mayores de 50 o 60 años. Pocos jóvenes en dicha marcha y eso es todo un símbolo, porque como menciona Silvio: “Nadie es más altruista que un joven, porque nadie tiene menos que perder que un joven. No tiene nada, solo sus ideales, sus ansias, sus deseos de libertad y de justicia.”
De a poco me va cerrando todo, ahora entiendo porque la falta de jóvenes en la plaza, el por qué de las vestimentas importadas, los peinados dignos de un comensal de la mesa de Mirtha, los caniches toy en los brazos de las señoras, los gorros y tapados de piel bien ostentosos. De a poco comprendo el por qué de tanto auto importado en los alrededores, de a poco entiendo los intereses perseguidos detrás de las consignas que hoy se pregonaban.
Hoy me hago cargo del afiche “18 F YO VOY” porque es así, yo estuve. Porque como decía al principio, es necesario conocer el color negro, para declararse blanco. Es necesario conocer para hablar, es necesario no dejarse llevar por lo que nos cuentan.
Yo fui parte del 18F, fui parte para decir que por suerte me encuentro en la vereda de enfrente, fui parte para decir que no me representa en lo más mínimo ninguno de los nefastos participantes como por ejemplo el Juez Hooft, tampoco me representan las consignas ni las pancartas tan poco espontaneas. Porque hoy me di cuenta que YO NO SOY NISMAN.
Celebro la marcha desde un punto de vista democrático, pero vuelvo a repetir que tengo la suerte de estar en la vereda de enfrente. A mí no me interesa tocar cafecito en La Fonte D´oro, prefiero un mate cocido en la villa, tampoco quiero un auto importado, con mis dos pies me alcanzan para marchar por las causas justas y nobles, pero no por esta. Exijo justicia por la persona fallecida, por su familia, pero me es inevitable pensar que NUNCA VOY A SER NISMAN.
Yo marcho los 24 de marzo desde hace varios años, recuerdo a los caidos en Malvinas. Yo soy Luciano Arruga, Kosteky, Santillan, Mariano Ferreyra, los 194 pibes de cromañon. Soy los 30.000 desaparecidos, Las Madres y Las Abuelas, soy Pocho, Fuentealba, Cabezas, Favaloro. Soy Julio Lopez, las víctimas de las inundaciones en Santa fe y La Plata. YO NO SOY NISMAN. Prefiero ser esos que escracharon represores, prefiero ser un docente más luchando por una educación digna, prefiero ser el familia de esa víctima del delito o el transito, el familiar de aquellos que fueron víctimas de “los hijos del poder”, elijo ser el vecino fumigado, el pueblo originario desterrado y masacrado. Hoy elijo ser la voz de aquellos que no tienen voz, porque no son fiscales, porque no tienen el poder, porque son pueblo y por el pueblo ellos no salen a reclamar. Hoy elijo volver un rato al 2001 y cambiar el café en el La Fonte por una olla popular con olor a guiso, cambio el olor a perfume importado por ese olor a barro.
Hoy, muchos de los que reclamaron justicia por el fiscal Nisman, miraron para otro lado cuando en una ruta mataban a Fuentealba, no exigieron la aparición de un pibe villero que se negó a robar para la policía bonaerense, jamás los vi recordando a los 30.000 desaparecidos los 24 de Marzo. Nunca vi esos autos importados en una manifestación docente, mucho menos en una manifestación estudiantil. Ellos tienen autos de miles de pesos y poco les importa si el boleto de colectivo esta $4,80.
Una plaza, mucha gente, banderas argentinas, el himno sonando y la sensación es totalmente distinta. Hoy, la misma fue de bronca, de asco y no por el himno en sí, sino por el contexto, por la poca popularidad de la manifestación.
Una plaza, mucha gente, banderas argentinas, ojos vidriosos, juventud, esperanza, conciencia, pedido de justicia, memoria y verdad, el himno cantado por miles de personas un 24 de marzo, hicieron que las lágrimas no tarden en aparecer, el nudo en la garganta se aprete más y más, todo esto me demuestra de qué lado quiero estar y sin dudas es del lado de las causas nobles.
No quiero ser Nisman,  prefiero ser un pibe que realmente hace algo por cambiar este país. Quiero ser un trabajador, un estudiante de la universidad pública, un vecino solidario. Prefiero ser los pibes de la villa “el ombú”, prefiero dejar de lado mis intereses particulares para darle lugar a los intereses colectivos

Porque nadie fue Luciano, nadie es el pueblo QOM, nadie fue Fuentealba, porque nadie fue “los nadies” del 2001, ni los 30.000, hoy YO NO SOY NISMAN, NI AQUELLOS QUE HOY MANCHARON LA FRASE NUNCA MÁS. 

        

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